Los hombres del Paleolítico inferior inventaron las redes sociales muchos
miles de años antes de que a Mark Zuckerberg, creador de Facebook, se le
ocurrieran. Los primates somos unos animales muy gregarios y sociales. Compartimos comida, cazamos juntos y
cuidamos de forma colectiva a enfermos, niños y ancianos.
Para los primates, la red de alianzas y contactos que poseemos puede marcar
la diferencia entre la vida y la muerte. Por esta razón, dedciamos gran
parte de nuestra vida a relacionarnos. En el Paleolítico, las interacciones se producían alrededor del
fuego o allí donde se fabricaban las herramientas. O quizás en el río o la
parte central del poblado, todos ellos lugares de encuentro y de proximidad
física que facilitan el flujo de la información.
Aplicaciones como Facebook, Twitter o LinkedIn, aumentan nuestra eficacia
aún más a la hora de mantener actualizadas las alianzas con aquellos miembros que sentimos más
cercanos o que nos interesan por una u otra razón. Nos proporcionan información sobre la
personalidad de las personas cercanas, sus intereses, actividades y a la vez
nos facilitan mantener el contacto.
Este tipo de software también abre la posibilidad a nuevos contactos fuera de
la 'tribu', como lo
hacían las verbenas y romerías de pueblo hasta hace bien poco, a las cuales
asistían muchachos y muchachas de pueblos cercanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario