Sandro Carrara y Giovanni de Micheli, los científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, que lo han desarrollado, señalan ya algunas aplicaciones para su implante. Por ejemplo, hacer un seguimiento permanente a los pacientes que reciben tratamientos de quimioterapia, a diabéticos y a otros enfermos crónicos, de forma que se pueda reducir la frecuencia con la que deben someterse a los análisis de sangre tradicionales y ajustar mejor sus dosis de medicación.
El prototipo de este diminuto laboratorio portátil, que todavía está en fase experimental y de momento sólo ha sido probado en ratones, será presentado este miércoles en la Conferencia Europea de Diseño, Automatización y Pruebas.
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