martes, 11 de diciembre de 2012

LADRILLOS DE PAPEL.


Los científicos han recogido los residuos de celulosa que produce una fábrica de papel –reciclado, en este caso–, así como los lodos procedentes de la depuración de sus aguas residuales. Después, han unido este material a la arcilla que se emplea en la construcción, le han dado forma mediante presión y extrusión en máquinas, y así han obtenido unos ladrillos en el laboratorio.

"La adición de los residuos hace que el producto final presente una conductividad térmica baja, por lo que actúa como un buen aislante", explica Carmen Martínez, investigadora de la Universidad de Jaén. "Además del consiguiente beneficio que esto conllevaría si se utilizaran estos ladrillos en lugar de los que se elaboran con materias primas tradicionales".

Otra de las ventajas de añadir residuos a los prototipos de ladrillos es que les aportan energía debido a la presencia de materia orgánica. Esto puede ayudar a reducir el consumo de combustible y el tiempo de cocción que se requiere en su producción.

 De momento los prototipos son de pequeñas dimensiones (3 x 1 x 6 cm), aunque el equipo ya ha hecho pruebas con tamaños mayores y los resultados son similares. "En conjunto, esta técnica podría suponer un ahorro energético y de materias primas para las fábricas de ladrillos, así como un beneficio medioambiental por la valorización de unos residuos que, en principio, se descartan", comenta Martínez.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

UNA ASOMBROSA COMPLEJIDAD SOCIAL


Los graptolites son animales extinguidos hace mucho tiempo, de casi 500 millones de años.
Es un conjunto de restos fósiles guardados hace más de un siglo es un museo, un equipo de geólogos de Reino Unido, han identificado la gran capacidad de organización social que tuvieron los graptolites.
Tenían divididas las labores con funciones especializadas y entre todos cooperaban para construir sus moradas; es como si hubiera albañiles, carpinteros, etc.
Estos restos no muestran a los animales propiamente dichos, sino sólo sus conexiones. Es algo parecido a no encontrar el cuerpo de un alpinista muerto pero sí las cuerdas del equipo.
Los restos de estos fósiles se encontrarnos en Escocia en el siglo XIX.